Gestionar la seguridad de un plantel educativo es una de las responsabilidades más grandes para cualquier directivo. Esta labor se extiende mucho más allá de las puertas del colegio, abarcando cada ruta de transporte y cada paso que dan los estudiantes en su camino a clase.Ante una larga lista de posibles peligros, desde una señalización deficiente hasta el comportamiento impredecible del tráfico, lo más importante es saber por dónde empezar. ¿Cómo se decide qué riesgo atender primero?
Este artículo busca responder a esa pregunta. Proporciona una metodología clara para realizar un análisis de riesgos que permita a los comités de movilidad y a los equipos directivos clasificar las amenazas de manera objetiva. En línea con la Ley 1503 de 2011 y las circulares de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) —que impulsan entornos escolares seguros y fomentan la movilidad sostenible, activa y la prevención de siniestros—, aprender a distinguir entre un riesgo intolerable, alto, medio o bajo es el primer paso para transformar la buena intención en acciones efectivas que garanticen el bienestar infantil y la seguridad de toda la comunidad.
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Toggle¿Cómo empezar un análisis de riesgos para la seguridad en colegios?
Antes de poder clasificar un riesgo, primero hay que identificarlo. Un diagnóstico completo, como el que se detalla en nuestro blog “Cómo hacer un diagnóstico de movilidad escolar para el PME”, revela que las amenazas a la seguridad escolar se dividen en dos grandes categorías:
1. Factores físicos y de infraestructura
Corresponden a las condiciones del entorno que rodean al plantel educativo. Un análisis detallado a menudo revela problemas recurrentes como:
- Señalización deficiente o inexistente: Cruces peatonales sin demarcar, ausencia de señales de “Zona Escolar” o límites de velocidad.
- Infraestructura peatonal precaria: Andenes demasiado estrechos, en mal estado o inexistentes, que obligan a los estudiantes a caminar por la calzada.
- Puntos ciegos y falta de visibilidad: Intersecciones peligrosas, árboles o construcciones que obstruyen la vista de conductores y peatones.
- Zonas de ascenso y descenso congestionadas: La falta de un área designada y organizada para dejar y recoger estudiantes genera caos vehicular y aumenta el riesgo de accidentes escolares.
Identificar estos puntos críticos es fundamental. Plataformas como OnTrack School (módulo Road) facilitan enormemente esta tarea, ya que permiten monitorear y geolocalizar en tiempo real las rutas escolares. Al visualizar los trayectos en un mapa, los encargados pueden detectar con precisión dónde se encuentran estas intersecciones peligrosas o zonas de congestión, convirtiendo datos abstractos en inteligencia accionable.
2. Factores comportamentales y humanos
Estos riesgos están relacionados con las acciones y hábitos de las personas que interactúan en el entorno escolar:
- Conductores imprudentes: Exceso de velocidad en zonas escolares, no respetar las cebras o parquear en lugares prohibidos.
- Comportamiento de los estudiantes: Cruzar la calle sin mirar, no usar los puentes peatonales o jugar en zonas de alto tráfico.
- Congestión por vehículos particulares: El alto flujo de padres de familia dejando a sus hijos al mismo tiempo puede colapsar las vías aledañas.
- Condiciones climáticas adversas: La lluvia o la niebla pueden reducir la visibilidad y aumentar la probabilidad de accidentes, un factor que debe ser considerado en la planificación.
¿Cómo se realiza un análisis de riesgos en un entorno escolar?
Una vez que se tiene una lista completa de las amenazas, el siguiente paso es valorarlas. No es suficiente saber que un cruce es peligroso; es necesario cuantificar qué tan peligroso es. Para ello, se utiliza una matriz de riesgos que evalúa dos dimensiones clave:
¿Con qué frecuencia ocurre el riesgo?
La frecuencia o exposición mide qué tan a menudo la comunidad educativa está expuesta a la amenaza. Se puede calificar de la siguiente manera:
- Alta (3 puntos): La situación se presenta varias veces al día y por tiempos prolongados (ej. congestión en la puerta del colegio todos los días a la hora de entrada y salida).
- Media (2 puntos): Se presenta algunas veces al día por tiempos cortos (ej. un conductor que ocasionalmente excede la velocidad).
- Baja (1 punto): La situación se presenta de manera eventual (ej. una inundación por lluvia torrencial que ocurre un par de veces al año).
¿Cuáles son las consecuencias?
Este factor mide la severidad del daño en caso de que el riesgo se materialice. La calificación puede ser:
- Crítico (5 puntos): Probables múltiples fatalidades o invalidez.
- Alto (4 puntos): Probable fatalidad o afecciones severas.
- Moderado (3 puntos): Probables daños materiales y heridos.
- Leve (1 punto): Probables daños materiales y lesiones menores.
¿Cómo se clasifica un riesgo como intolerable, alto, medio o bajo?
Al combinar la frecuencia y las consecuencias, obtenemos un puntaje que nos permite clasificar cada amenaza y, lo más importante, priorizar las acciones.
Nivel de riesgo | Descripción | Ejemplo práctico | Acción requerida |
Nivel I: Intolerable | Situaciones de impacto urgente que comprometen directamente la seguridad de la comunidad. | Carreras de velocidad ilegales que ocurren de forma recurrente en la vía principal frente al colegio. | Corrección Inmediata y a cualquier costo. |
Nivel II: Alto | Se presentan con frecuencia y sus consecuencias son muy graves para la comunidad educativa. | Una intersección cercana sin cebra donde los estudiantes deben cruzar constantemente entre el tráfico. | Alta Prioridad de corrección y mitigación. |
Nivel III: Medio | Impactan con cierta frecuencia y sus consecuencias tienen algún nivel de gravedad. | Congestión vehicular que causa retrasos. Datos de OnTrack Global muestran que los trayectos en Bogotá se incrementaron 33 min, agravando este riesgo. | Plan de Acción a mediano plazo. |
Nivel IV: Bajo | Son situaciones que ocurren rara vez y sus consecuencias suelen ser menores. | Un andén con una pequeña fisura en una calle poco transitada. | Monitoreo, no requiere acción inmediata. |
¿Cómo pasar del análisis de riesgos a un plan de acción efectivo?
Realizar un análisis de riesgos detallado y clasificar las amenazas de manera sistemática transforma la gestión de la seguridad escolar de un proceso reactivo a una estrategia proactiva. Permite a los colegios enfocar sus recursos en los problemas que realmente importan, justificar inversiones en infraestructura y, lo más importante, crear un entorno más seguro para sus estudiantes.
La seguridad de camino al colegio es una responsabilidad compartida, y contar con las herramientas y la metodología adecuadas marca la diferencia.
La tranquilidad de tu comunidad educativa no es negociable.
Descarga nuestra plantilla con la matriz de valoración de análisis de riesgos en la movilidad escolar